Una ternera recién nacida es vulnerable. No posee anticuerpos naturales y, durante las primeras semanas, su sistema inmune aún no se ha desarrollado lo suficiente para combatir una infección en el intestino (diarrea) o los pulmones (neumonía). Por este motivo, se les debe administrar calostro lo antes posible después del parto. El calostro contiene altas concentraciones de anticuerpos (IgG) que protegen a la ternera. El calostro también contiene energía, proteínas, minerales, vitaminas y sustancias que benefician el desarrollo del pequeño intestino.
Asegúrese de que su ternera reciba al menos:
Dicho de otro modo, un total de entre siete y ocho litros en las primeras 24 horas, en las que solo se administra calostro del primer ordeño. De este modo, su ternera recibirá suficientes nutrientes para crear unas buenas defensas enseguida después de nacer. La pronta administración de calostro tiene una importancia literalmente vital: justo después del parto es cuando mejor absorbe la ternera los anticuerpos del calostro. En doce horas, la absorción se reduce a la mitad y, a las 24 horas, dejan de absorberse en la sangre.
El calostro de buena calidad contiene al menos 50 gramos de IgG por litro. El primer calostro es el que tiene mayor concentración de IgG: en el segundo, ya se ha reducido a la mitad. No todas las vacas producen calostro de alta calidad. Empleando un calostrómetro, es posible ver la calidad del calostro de un vistazo. Este mide su densidad (contenido de materia seca total en cuanto a grasas, proteínas y lactosa).
El calostro de alta densidad es rico en anticuerpos. También puede utilizar un refractómetro para medir el índice de refracción, el cual, a su vez, indica el contenido de IgG del calostro. El calostro de buena calidad se puede congelar, por lo que sigue estando disponible para otras terneras. No descongele el calostro en un microondas, simplemente caliéntelo despacio (al baño maría).
El calostro de mala calidad suele ser consecuencia de la ración administrada a la vaca preñada durante el periodo seco. En un periodo seco ideal, la vaca mantiene su ingesta de materia seca hasta el día del parto. Sin embargo, esto solo es posible si la vaca tiene acceso a raciones sabrosas las 24 horas del día. La calidad del calostro también se ve influenciada por el contenido de proteína bruta de las raciones y el número de minerales y vitaminas disponibles.
Si, a pesar de todas estas medidas, en su granja hay con regularidad brotes de diarrea e infecciones respiratorias, pida cita con los especialistas en ganado joven. Ellos le ayudarán a analizar su manejo: desde el periodo seco hasta el momento de dar calostro y desde la higiene hasta el alojamiento.
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